20 de octubre del 2013
Para mí eres un ser mágico, enigmático,
sentí tu energía el día que te conocí, cuando estabas en esa jaula a la intemperie,
dormías entre muchos otros mínimos.
sentí tu energía el día que te conocí, cuando estabas en esa jaula a la intemperie,
dormías entre muchos otros mínimos.
¿Te escogí o me escogiste? No lo tengo claro.
Pero desde aquél instante cambiaste mi vida
así la gente no lo entienda.
Te amo desde ese momento,
el vendedor de mascotas, tu verdugo, te entregó a mí
en una bolsa de concentrado para gatos
y llegaste a mi casa entre maullidos.
Ahora, adoro tenerte encima de mi computador cuando intento trabajar en
él,
si quiero leer la prensa y te sientas en ella, igual haces si quiero
leer un libro;
o cuando te pido un beso y efectivamente me lo das,
y si te digo “abrazo” estás dispuesto para un arrumaco,
no me importa que mi ropa quede impregnada de tus pelos cuando te
abrazo,
eso para mí es llevar algo de ti a donde vaya.
También me encantan esas manías que no tiene ningún otro ser del reino
animal,
lloras porque el plato de comida no está a plenitud, tienes que verlo a
la saciedad para que comas,
me das vuelta en la noche para que te salude cuando te ignoro,
porque al contrario tú si haz sentido mi llegada desde mucho tiempo
antes
de estar en la puerta de nuestra casa.
Y ni decir de esas correrías por la casa a la madrugada,
botando todas las cosas al piso con tu cola peluda,
me huyes si quiero tomarte una foto,
hueles con desprecio mi ser desde el rostro hasta los pies si he pasado
la noche afuera,
también hasta aprecio que mientras duermo, caigas encima de mí con
todo el impulso y tus ocho kilos de peso me dejen sin aire.
Por todo lo que me haz dado, te doy las gracias,
porque no puedes dormir arrunchado sin mí,
no te vas a ningún tejado sin que yo te lo permita y
regresas cuando te lo solicito,
mientras no estoy, me esperas todo el día para verme,
cuando estoy contigo, me sigues cuando me baño, cuando cocino y hasta
cuando lloro,
me pones tus patitas en mi cara para reconfortarme y limpias mis
lágrimas.
Por eso es mentira que tú y todos los gatos sean traicioneros,
son más fieles que la sombra misma, tienen una energía poderosa, un halo
de magia,
sólo me ofreces alegrías,
soy feliz de tenerte en mi casa, como mascota y como compañía, mi adorado felino.
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